Efectos del entrenamiento de fuerza en la salud cardiovascular

  1. GARCÍA MATEO, PABLO
Dirigida por:
  1. Manuel Antonio Rodríguez Pérez Director/a
  2. Antonio García de Alcaraz Serrano Codirector/a

Universidad de defensa: Universidad de Almería

Fecha de defensa: 21 de diciembre de 2022

Tribunal:
  1. Luis Javier Chirosa Ríos Presidente
  2. Alberto Soriano Maldonado Secretario/a
  3. Danica Janicijevic Vocal

Tipo: Tesis

Teseo: 777793 DIALNET lock_openriUAL editor

Resumen

Introducción: La salud cardiovascular ha llamado la atención de investigadores y organizaciones internacionales, al ser uno de los predictores más fiables de muerte y discapacidad en la actualidad. Dentro de la función endotelial, la tensión arterial (TA) y rigidez arterial (RA) son dos de los factores de riesgo cardiovascular más predictivos. Actualmente, la realización de actividad física regular se considera como una de las principales estrategias no farmacológicas de tratamiento y prevención de enfermedades cardiovasculares. A diferencias de otras modalidades de entrenamiento, los efectos del entrenamiento de fuerza en la TA y RA han sido menos estudiados. Además, los resultados de investigaciones previas son poco concluyentes y, en ocasiones, contradictorios. En ese sentido, siguen existiendo dudas acerca de la seguridad a la hora de aplicar ciertos protocolos, tales como el entrenamiento de fuerza de alta intensidad o isométrico, por ser potencialmente peligrosos al aumentar considerablemente la TA y RA. Objetivo: i) Reunir la evidencia científica sobre los efectos agudos y crónicos de distintas modalidades y manifestaciones del entrenamiento de fuerza en la salud cardiovascular, expresada mediante RA. ii) Generar resultados estadísticos que unifiquen las aportaciones de estudios científicos sobre los efectos del entrenamiento de fuerza en la RA. iii) Conocer el efecto agudo de distintas intensidades de entrenamiento de fuerza isométrico de miembros inferiores en la TA. iv) Analizar los efectos de entrenamiento de fuerza de alta intensidad con diferentes caracteres del esfuerzo en la TA. Metodología: (I) El primero de los estudios consiste en una revisión sistemática que evaluó los efectos agudos y crónicos del entrenamiento de fuerza en la RA. Se revisaron estudios publicados en las bases de datos PubMed y SportDiscus entre 1999 y abril del 2019. (II) Dada la proliferación de artículos científicos publicados recientemente, y la necesidad e idoneidad de realizar un meta-análisis al respecto, para el segundo estudio se realizó una nueva búsqueda sistemática de estudios aleatorizados controlados publicados hasta octubre de 2020, en las bases de datos PubMed, SportDiscus, Medline y Web of Sciences. 19 estudios, con una calidad metodológica de 12,58 ± 0,82 puntos (de 15 posibles) y un total de 626 participantes fueron seleccionados. (III) En el tercer estudio se analizó la respuesta aguda de TA al ejercicio de fuerza isométrico de miembros inferiores, realizado con diferentes intensidades (20, 40, 60 y 80% de la FIM), de 25 sujetos sanos (23,96 ± 2,95 años; 14 mujeres). (IV) Por último, 24 sujetos (25,25 ± 5,11 años; 12 mujeres) participaron en un estudio experimental aleatorizado de grupo único que examinó los efectos agudos de dos protocolos de entrenamiento de fuerza de alta intensidad y miembros superiores, con distintos grados de esfuerzo (20 y 40% de pérdida de velocidad en la serie), en la TA. Resultados: (I) En cuanto a los efectos crónicos del entrenamiento de fuerza, la mayor parte de los grupos mostraron descensos grandes (d = desde -1,49 hasta -1,20) y moderados (d = -1,07), o cambios pequeños o triviales de RA. En cuanto a efectos agudos, se encontraron tanto descensos (d = -3,92) como aumentos (d = 1,24-1,48) grandes y muy grandes (d = 3,88). (II) No se encontraron efectos crónicos significativos del entrenamiento de fuerza en la RA (ES = –0.07; 95% CI: –0.59 to 0.45; p = 0.789). Sin embargo, una sola sesión produjo aumentos agudos significativos (ES = 1.07; 95% CI: 1.55 to 0.59; p < 0.001). Ningún otro factor (edad, género, método de medición, miembros superiores vs. inferiores, intensidad, duración o frecuencia de entrenamiento) tuvo influencia significativa en la RA, tanto en intervenciones agudas como crónicas. (III) La TA aumentó, de manera significativa, conforme lo hacía la intensidad. Además, se observe una correlación muy similar entre valores de TA y la intensidad absoluta (R = 0,851, p = 0,00001; R = 0,842, p = 0,00001; R = 0,833, p = 0,00001) y relativa (R = 0,853, p = 0,00001; R = 0,839, p = 0,00001; R = 0,837, p = 0,00001). (IV) No se encontraron diferencias significativas de TA pre-post, tanto para el protocolo de menor carácter del esfuerzo (20% de pérdida de velocidad; F = 0,185; p = 0,669), como para el de mayor carácter del esfuerzo (40% de pérdida de velocidad; F = -0,770; p = 0,454). Conclusiones: el entrenamiento de fuerza es una modalidad segura para la salud cardiovascular, ya que no aumenta la RA de forma crónica, con independencia de la intensidad y el tipo de ejercicio que se realice. Además, el entrenamiento de fuerza isométrico o de alta intensidad también parecen ser estrategias seguras, no aumentando la TA a corto plazo.