Actividad física y estilo de vida en pacientes con hígado graso no alcohólico y síndrome metabólico

  1. Mascaró Bestard, Catalina María
Dirigida por:
  1. Cristina Bouzas Velasco Director/a
  2. Josep Antoni Tur Marí Director/a

Universidad de defensa: Universitat de les Illes Balears

Fecha de defensa: 19 de enero de 2023

Tribunal:
  1. M. Carmen Gómez Cabrera Presidente/a
  2. Silvia Tejada Gavela Secretario/a
  3. María Alba Martínez Burgos Vocal

Tipo: Tesis

Resumen

La enfermedad del hígado graso no alcohólico (EHGNA) es una patología que se caracteriza por la acumulación de grasa en los hepatocitos sin que el consumo abusivo de alcohol sea su causa. Los hábitos de vida poco saludables como el sedentarismo y una dieta poco saludable, junto con alguna o algunas de las anomalías del síndrome metabólico (obesidad abdominal, hipertrigliceridemia, hipertensión, glucosa en ayunas elevada y/o el colesterol ligado a lipoproteínas de alta densidad bajo o HDL) son factores que se relacionan con el desarrollo de la EHGNA. Actualmente, no existe tratamiento farmacológico para la EHGNA, aunque se trata de una enfermedad cada vez más frecuente y cuya prevalencia aumenta con los años. La progresión hacia estadios más graves no es inmediata, pero la EHGNA puede progresar hacia fibrosis, cirrosis e incluso hacia carcinoma hepatocelular. Además, se relaciona con muchas otras enfermedades como complicaciones hepáticas, dificultades del sueño, obesidad abdominal, enfermedades cardiovasculares, diabetes mellitus tipo 2 y patología renal crónica. Por eso es tan importante el adecuado diagnóstico y manejo de la EHGNA. La primera estrategia a aplicar en el manejo de la EHGNA es el cambio de estilo de vida. Se trata del mejor tratamiento descrito hasta el momento para mejorar, tanto las alteraciones propias del síndrome metabólico, como la EHGNA. El tratamiento recomendado es la práctica de actividad física y una dieta saludable, que no solo mejora la EHGNA, sino también la salud cardiovascular y metabólica, así como la tasa de mortalidad. Todos los estudios analizados en la presente Tesis Doctoral muestran asociaciones beneficiosas entre los parámetros clínicos de la EHGNA y del síndrome metabólico cuando se sigue una dieta mediterránea y una práctica regular de actividad física. Los participantes con altos niveles de actividad física tuvieron mayor gasto energético y gastaron más calorías de las que ingirieron. Además, la actividad física fue un factor de riesgo para los niveles del aspartato aminotransferasa, pero un factor protector para la alanina aminotransferasa, la gamma-glutamil transferasa (GGT) y el contenido de grasa intrahepática. Los pacientes con estadios de esteatosis más elevados, a la hora de realizar las pruebas de aptitud física, presentaron menor capacidad de agarre en posición sentada y de pie, valores inferiores en la prueba del Chester-step, en la eficiencia del sueño y el gasto energético, y una mayor intensidad de actividad física ligera y moderada. Una intervención con dieta y actividad física regular durante seis meses mejoró la aptitud funcional en pacientes de mediana edad con EHGNA y síndrome metabólico. Además, también mejoró la capacidad aeróbica en estas personas. La interrupción de actividad física regular junto con un estilo de vida poco saludable condujo al empeoramiento del síndrome metabólico y la EHGNA. El confinamiento por COVID-19 indujo una disminución de la actividad física en las personas más activas, mientras que las inactivas aumentaron dichos niveles. La motivación fue muy importante durante ese periodo de confinamiento. El estilo de vida mediterráneo, basado en el cumplimiento de una dieta mediterránea y la práctica regular de actividad física, es esencial para tratar la EHGNA y disminuir el síndrome metabólico. Es importante tener en cuenta la importancia de combinar ambas prácticas, tanto la dietética como la actividad física, pues tienen la misma relevancia y se complementan para combatir la EHGNA.