Efecto de las terapias complementarias en pacientes con linfoma

  1. Vargas Román, Keyla
Zuzendaria:
  1. Lourdes Díaz Rodríguez Zuzendarikidea
  2. Emilia Inmaculada de la Fuente Solana Zuzendarikidea

Defentsa unibertsitatea: Universidad de Granada

Fecha de defensa: 2023(e)ko otsaila-(a)k 24

Epaimahaia:
  1. José Granero Molina Presidentea
  2. Adelina Martín Salvador Idazkaria
  3. Stephano Netti Giuseppe Kidea

Mota: Tesia

Laburpena

El linfoma no Hodgkin tuvo 544.352 casos nuevos en todo el mundo en 2020 en ambos géneros según la organización mundial de la salud en la categoría de mundial cánceres hemáticos. Ocupa la undécima posición entre otros tipos de cáncer en 2020. En cuanto a su tasa de mortalidad, el cáncer de linfoma no Hodgkin tuvo 259 793 casos en 2020 en ambos géneros en todo el mundo. En España, en 2020, el linfoma no Hodgkin dentro de los cánceres de la sangre, fue uno de los más alto diagnosticado, ubicándose entre los nueve primeros puestos. El número estimado de casos en España en 2020 fue de 66.733. La mortalidad por este tumor se ha reducido desde finales de la década de 1990, a una tasa del 3% menos de mortalidad cada año, mostrando un claro avance en la eficiencia de tratamientos. Los tratamientos médicos convencionales para el linfoma no Hodgkin son la quimioterapia y trasplantes de médula ósea o células madre. Estas terapias pueden tener altas consecuencias adversas como la ansiedad, la depresión, la pérdida de la salud física y un alto riesgo de insuficiencia cardíaca; estas dificultades conducen a un deterioro de la calidad de vida. La prevención es necesaria para evitar posibles riesgos en el desarrollo del cáncer en general, incluyendo una buena dieta, ejercicio y buena calidad de sueño. Sin embargo, aquellos pacientes que ya están diagnosticados necesitan una estrategia de tratamiento para mitigar los síntomas de su cáncer o su tratamiento. El nuevo concepto de “Oncología Integrativa”, que utiliza las terapias complementarias junto a los tratamientos convencionales oncológicos para controlar los síntomas asociados al cáncer, está ampliamente aceptado en todo el mundo. Prueba de ello es la aparición de hospitales que basan sus intervenciones en este modelo o la inclusión de estas terapias en diferentes guías clínicas consensuadas por expertos de Asociaciones Oncológicas o Colegios Médicos para tratar síntomas relacionados con el cáncer. Por lo tanto, los objetivos de la presente Tesis Doctoral Internacional fueron i) comparar, mediante el control de variables de confusión, la HRV de los sobrevivientes de linfoma después de su primer año de tratamiento finalización con las de sujetos sanos (estudio I). ii) analizar la prevalencia de ansiedad entre pacientes con linfoma de Hodgkin y no Hodgkin; inspeccionar los métodos de recolección de datos, la frecuencia de las intervenciones, los tipos de instrumentos utilizados para reconocer la ansiedad en los pacientes y el propósito de la recolección de datos, tanto en sobrevivientes como en pacientes que están en tratamiento y con diagnóstico de linfoma de Hodgkin y linfoma no Hodgkin (estudio II). iii) detectar los efectos de un programa de Qigong presencial de ocho semanas de 60 min sobre parámetros psicológicos y la actividad del nervio vago con respecto al linfoma no Hodgkin, y comparar los resultados con un grupo control que no participó en el programa (estudio III). Los resultados de esta Tesis Doctoral Internacional aportan evidencia científica que apoyan el uso de las terapias complementarias como herramienta de apoyo al tratamiento oncológico tradicional con respecto a los pacientes con linfoma. Que ayudan con la mejora de la ansiedad y desbalance cardiovascular provocado por los tratamientos oncológicos y su estado de salud al momento del diagnóstico. Por último, estos resultados aportan al conocimiento de posibles nuevas formas de ayudar al paciente en su diagnóstico, planteando así la necesidad de incluir dichas terapias complementarias como parte de su rehabilitación oncológica.