La iglesia de Granada entre Austrias y Borbones(1668-1719). Los episcopados de Diego Escolano, Francisco Rois, Alonso Bernardo de los Ríos y Martín de Ascargorta

Resumen

La presente investigación aborda el episcopado granadino en el último tercio del siglo XVII y primera veintena del XVIII. Concretamente nos ocupamos de los pontificados de Diego Escolano y Ledesma (1668-1672), Francisco de Rois y Mendoza (1673-1677), Alonso Bernardo de los Ríos y Guzmán (1677-1692) y Martín de Ascargorta y Ladrón de Guevara (1693-1719), valedores de un proceso de reafirmación episcopal. Nos acercamos a las figuras de estos cuatro prelados tanto desde el punto de vista personal como profesional. Tras analizar algunos aspectos pertenecientes a su esfera privada con el objetivo de aproximarnos a su psicología y personalidad, la investigación se centra en cuestiones directamente relacionadas con el ejercicio del ministerio episcopal. Abordamos así la administración espiritual y económica de la archidiócesis. Importa averiguar la concepción espiritual y las medidas que adoptaron los diferentes prelados para asegurar el correcto servicio pastoral y la conservación del orden moral. Pero es en el ámbito temporal donde encontramos los problemas más significativos debido a que la mitra se resistió a aceptar su posición de sumisión respecto al poder real. Nada ilustra mejor esta situación que la controversia sobre la naturaleza y propiedad de los diezmos granadinos, la cual se convirtió en un problema estructural que, de una forma u otra, se manifestó en todos los desencuentros económicos entre las jurisdicciones real y eclesiástica. Asimismo, se estudian los roces que tuvieron los arzobispos con algunas instituciones eclesiásticas y civiles granadinas. En estos conflictos se aprecian los intereses de la mitra (siendo el principal el de fortalecer la autoridad episcopal) y, por supuesto, sus estrategias de defensa, no exentas en ocasiones de debilidades personales. Por último, la gravedad de los cargos imputados a Ascargorta y a su grupo de gobierno durante la Guerra de Sucesión española exige detenernos en profundidad en este episodio clave de su pontificado que apenas ha sido estudiado. Los denunciantes consiguieron que Felipe V ordenara en 1712 el destierro del provisor, Cristóbal Damasio, y del obispo auxiliar, Tomás José de Montes, abad del Sacromonte, asestando un duro golpe a la curia que hizo que se resintiera la imagen del arzobispo en los ambientes filoborbónicos.