México en Italia. Difusión, recepción, reelaboración del arte mexicano posrevolucionario, 1950-1980

  1. Alberti, Chiara Stella Sara
Dirigida por:
  1. Rodrigo Gutiérrez Viñuales Codirector
  2. Anna Boccuti Codirector/a

Universidad de defensa: Universidad de Granada

Fecha de defensa: 14 de abril de 2023

Tribunal:
  1. Rafael Jesús López-Guzmán Guzmán Presidente
  2. Miguel Ángel Sorroche Cuerva Secretario
  3. Anna Boccuti Vocal
  4. Ascensión Hernández Martínez Vocal
  5. Renata Scalzer Ribeiro Vocal

Tipo: Tesis

Resumen

La investigación que condujo a la redacción de esta tesis partió del propósito de profundizar en las relaciones en el ámbito artístico entre Italia y México en el periodo 1950-1980, con especial atención al fenómeno del muralismo político que toma forma en el país latinoamericano a partir del periodo posrevolucionario, asumiendo características peculiares sobre todo gracias a la obra de José Clemente Orozco, Diego Rivera y David Alfaro Siqueiros. La difusión de estas experiencias en Italia y luego en el resto de Europa tiene lugar a partir de la XXV Bienal de Venecia en 1950 y continúa durante los años siguientes a través de exposiciones y publicaciones, impulsadas fundamentalmente por la acción diplomática de Fernando Gamboa que se encarga para el gobierno mexicano de dar a conocer al mundo los testimonios más significativos del arte de su país. El artista que deja una huella más profunda en el arte italiano es sin duda Siqueiros, quien, en activo hasta 1974, realiza una serie de viajes a Italia por motivos tanto políticos como artísticos. Tras recibir un importante premio en la Bienal de Venecia de 1950, Siqueiros mantiene relaciones muy estrechas con artistas e intelectuales italianos, en su mayoría del área política de izquierdas y partidarios del movimiento realista. Entre ellos se encontran el director de cine Cesare Zavattini, los pintores Renato Guttuso y Carlo Quattrucci, el crítico Raffaele De Grada y, sobre todo, Mario De Micheli, historiador del arte comprometido y promotor del Realismo, que es el primero en divulgar el muralismo mexicano en Italia. La primera parte de la tesis está dedicada a investigar las complejas relaciones construidas por Siqueiros con los italianos a través del análisis de documentos, testimonios, cartas, artículos, recogidos en bibliotecas y archivos públicos y privados, en Italia y México, como el Centro de Investigación y Documentación Siqueiros del INBA, el Archivo de la Promotora Fernando Gamboa en la Ciudad de México; el Fondo Ada e Mario De Micheli (dividido entre la Universidad de Bérgamo y la Biblioteca Municipal Cascina Ovi di Segrate), l'Archivio Quattrucci, l'Archivio de l'Unità, l'Archivio Storico delle Arti Contemporanee (ASAC) della Biennale di Venezia, en Italia. La segunda parte de la tesis se centra en el análisis de las obras del muralismo político italiano desde la posguerra (1948) hasta los años de la protesta (1968, 1977). Hemos considerado las obras murales o de gran formato más significativas histórica y estéticamente, que toman como referencia más o menos explícita el muralismo mexicano y, en particular, la producción de Siqueiros. Hemos investigado estas experiencias a partir de testimonios materiales que han llegado hasta nosotros o de reproducciones fotográficas encontradas en la prensa o en archivos; también hemos realizado varias entrevistas con los artistas que aún viven o con sus familias, y hemos consultado una cantidad considerable de material de archivo, artículos de la prensa de la época y las escasas publicaciones existentes. Lo que se ha manifestado, gracias también al apoyo teórico de la propuesta de Enrico Crispolti, es la existencia de un fenómeno complejo y múltiple que no puede perfilarse como un verdadero movimiento, pero que presenta una serie de constantes y puntos de contacto entre las experiencias individuales: en primer lugar, la referencia al muralismo mexicano, del que se deriva una precisa voluntad expresiva, política y didáctica, así como el carácter público o colectivo del encargo (administraciones públicas, escuelas, sindicatos, consejos de fábrica, etc.) y el destino de las obras. En términos generales, la conclusión que se desprende de nuestro estudio es que la circulación de ideas, modelos, obras y artistas entre Italia y México en el periodo considerado desempeña un papel decisivo en el nacimiento del muralismo político en ambos países y determina en parte su carácter. Si, por un lado, los viajes de los muralistas mexicanos a Italia y su conocimiento del patrimonio artístico italiano especialmente de los grandes programas pictóricos de la Edad Media y el Renacimiento, pero también de la pintura contemporánea sirven de estímulo a los grandes muralistas mexicanos, las obras mexicanas, conocidas en Italia sobre todo desde la Segunda Guerra Mundial, señalan el camino a los artistas que quieren hacer arte social y sirven de detonante para la creación de una serie de murales políticos y públicos que inauguran una temporada del arte italiano que merece ser valorizada.