Desde 'el mismo mar de todos los veranos' hasta 'correspondencia privada'el crecimiento personal en la obra de Esther Tusquets

  1. GAO, YI
Dirigida por:
  1. Eduardo Pérez-Rasilla Bayo Director/a

Universidad de defensa: Universidad Carlos III de Madrid

Fecha de defensa: 20 de noviembre de 2020

Tribunal:
  1. Epicteto José Díaz Navarro Presidente/a
  2. Alejandra Aventín Fontana Secretario/a
  3. Gracia María Morales Ortiz Vocal

Tipo: Tesis

Teseo: 632221 DIALNET

Resumen

Esta tesis aborda la obra de Esther Tusquets y se efectúa principalmente a partir del método de crítica literaria feminista aplicado tanto al texto argumental como a la estrategia narrativa utilizada, lo que pretende demostrar la reconstrucción del discurso, la «auto-confesión» y la reflexión sobre la situación en la que se encontraban las mujeres de la postguerra. En este proceso, tanto los personajes ficticios como la propia escritora han alcanzado un crecimiento personal a distintos niveles. Por lo tanto, lo que el escritor logra no es solo una subversión del canon literario, sino también un «auto-juicio» en sentido cultural, por supuesto, proclamado de manera sincera y crítica. En primer lugar, es necesario indicar el contexto social en el que se encuentra la autora. Como es bien sabido, Esther Tusquets (1936-2012) nació en el primer año de la guerra civil y creció, como otras figuras vanguardistas de mediados del siglo XX, bajo la influencia de este conflicto y de sus consecuencias tanto sociales como culturales. En esta época surge en toda España una renovación cultural: los autores se centran en la expresión compleja y sentimental, la interioridad humana, la reflexión de la identidad existencial y el proceso de la auto-identificación. Como escritora española vanguardista, tanto en las novelas como en las autobiografías, Esther Tusquets toma la memoria infantil, la vida de la clase burguesa, la relación familiar, la relación heterosexual, la relación lésbica y el matrimonio como sus temas indispensables. Además, en ella, la crítica hacia la hegemonía patriarcal, el deseo de la emancipación femenina y las contradicciones psicológicas se expresan de modo muy sincero y revelador. Para llevar a cabo una escritura más «realista», un escritor vanguardista debe escribir basándose en la realidad. En este sentido, la obra de Tusquets en buena medida nos muestra un panorama testimonial del entorno social, cultural y existencial de la postguerra, mediante los personajes tanto ficticios como autobiográficos. En ella, la regeneración personal interna también consigue ser destacada y bien interpretada. Por lo tanto, en esta investigación focalizamos el análisis de este «crecimiento» personal desde las perspectivas cultural y psicológica. El presente trabajo principalmente se divide en tres bloques, y el primero de ellos se corresponde con el análisis del texto argumental. No nos cuesta descubrir que la obra de Tusquets se caracteriza por una patente auto-referencialidad y una retrospección narrativa en la que las opiniones, las visiones y las actitudes de la protagonista o la narradora van transformándose a lo largo del tiempo. Por ejemplo, desde El mismo mar de todos los veranos hasta Correspondencia Privada, con la insustituible singularidad de la memoria, la relación interpersonal –––tanto familiar como amorosa–––es revisada y reconsiderada a lo largo del texto. Por lo tanto, la obra de Tusquets no solo se caracteriza por la «resistencia» o la «rebeldía», sino también por la «confesión», la «reconciliación» y el «desarrollo». En este sentido, el crecimiento personal de los personajes perfilados en su obra, tanto ficticios como autobiográficos, no termina en una misma obra, sino que transcurre y evoluciona a lo largo de toda su carrera de escritora, que dura treinta años. Podemos decir, la base de toda la investigación del texto argumental consiste en analizar su intertextualidad. Como es bien sabido, la intertextualidad es una de las estrategias indispensables que utiliza Tusquets en casi toda su obra con el propósito de destacar el crecimiento personal que experimentan sus personajes de un modo muy parecido, aunque, por supuesto, las experiencias concretas son diversas. El primero objeto del análisis del texto argumental es la protagonista de las novelas de Tusquets. Por ejemplo, en la trilogía de Tusquets, compuesta por El mismo mar de todos los veranos, El amor es un juego solitario y Varada tras el último naufragio, la protagonista femenina suele ser una mujer de mediana edad, de clase burguesa catalana, que ha sufrido una crisis en la relación conyugal o en la relación amorosa, una mujer que intenta buscar una salida mientras vuelve a considerar y revisa el sexo, la vejez, la muerte y la situación en la que se encuentran las mujeres. Además, la afición al arte, la predilección hacia la clase más humilde y los caracteres particulares de la protagonista o la narradora de cada obra se describe de modo muy semejante. En casi toda la obra de Tusquets, la figura del «yo» se encarna en una adulta sensible pero capaz de revisar y confesar sus actos y manifestaciones emocionales tras el «monólogo» o después de sufrir la «desilusión». Sin embargo, la novela autobiográfica Correspondencia privada se entiende como la continuación de la trilogía tusquetsiana. Está compuesta por cuatro cartas a diferentes destinatarios. En ella, Tusquets reanuda el desarrollo psicológico de los personajes ficticios de la trilogía, los cuales se describen de la misma manera que en las novelas anteriores: mediante el deseo de salir del «monólogo» y avanzar hacia la conversación con los demás, y más importante, ofrecer una sincera confesión. En sus siguientes novelas, tales como Siete miradas de un mismo paisaje y Para no volver, Tusquets continúa su profunda reflexión acerca de la vida de la clase burguesa, la soledad inevitable, los vínculos con los demás y comparte su visión hacia el envejecimiento y la muerte. El segundo objeto es la narradora de las autobiografías de Tusquets, que en buena medida representa a la autora misma cuando se narra en relación a su infancia y sus vínculos interpersonales de su vida privada. Como indicamos antes, si analizamos los textos vinculando las novelas de Tusquets con sus autobiografías, tales como Habíamos ganado la guerra, Confesiones de una editora poco mentirosa y Confesiones de una vieja dama indigna, es muy fácil descubrir la similitud que existe entre las protagonistas y la escritora misma. Por lo tanto, al expresar las emociones más concretas de sus personajes, Tusquets culmina el proceso de escribirse a sí misma a través de una escritura «mediterránea» y autobiográfica. Podemos ver la similitud entre la protagonista y la autora misma, quienes experimentan y sufren deseos y deficiencias muy similares en la vida sentimental. En este sentido, para nosotros, todo el texto autobiográfico nos ofrece una referencia más práctica, en que siempre se marca su transformación positiva. Por ejemplo, si podemos decir que en la primera autobiografía Habíamos ganado la guerra, la autora «acusa» a su madre por su indiferencia y egoísmo, en Tiempos que fueron, la última autobiografía escrita junto con su hermano Óscar Tusquets, ella realiza una profunda reflexión sobre la situación específica de la madre, como lo hizo Kafka en Carta al padre. Por supuesto, resulta importante señalar que a pesar de que en cierta medida la autobiografía ––que nos acerca a la autora–– puede ser una interpretación convincente de las novelas, no debemos confundir el texto ficticio y el autobiográfico de manera absoluta, por lo tanto, a la hora de realizar algunas vinculaciones entre ellos, las explicaremos con argumentos más concretos y detallados. No menos importante resulta que, al analizar el crecimiento personal, no solo enfocamos la perspectiva subjetiva de los protagonistas, sino también los puntos de vistas de la gente que los rodea, tanto de las novelas como de las autobiografías. Sus padres, sus otros familiares, sus amigos y amigas, quienes tienen relaciones relativamente estrechas con ellas en su vida diaria, son referencias indispensables en el proceso de crecimiento de la protagonista, porque ellos se configuran como referencias indispensables en el proceso de crecimiento de la protagonista. Además, el crecimiento personal de los personajes ficticios también se refleja en el cambio de perspectiva que experimenta hacia los demás tanto la protagonista como la propia escritora. Aquí se encuentra el tercer objeto del análisis: la figura «ajena», como la de la madre. Parece interesante descubrir que las madres en El mismo mar de todos los veranos, Habíamos ganado la guerra se perfilan también de modo parecido, especialmente al describir su apariencia atractiva, su «indiferencia», y su «rebeldía». Pero en Carta a la madre, la narradora desea finalizar la relación con su madre mediante una carta con la que pretende dejarla definitivamente en paz. En la trilogía tusquetsiana también se describe una chica más joven, débil y sensible que se llama Clara. En la primera novela de Tusquets El mismo mar de todos los veranos la relación lésbica entre la narradora-protagonista y Clara se pone en una posición primaria, con mucha importancia, pero en El amor es un juego solitario y Varada tras el último naufragio, la «preferencia» dirigida a la relación lésbica ya se encuentra en un lugar secundario y ha sido sustituida por la descripción de la crisis matrimonial en la relación heterosexual, pero todavía mantiene la misma intensidad. Otro ejemplo es la figura de un amante, que siempre se encarna en un joven que alberga mucha ambición, política o artística, pero pertenece a la clase más humilde. Esta figura masculina se observa desde El mismo mar de todos los veranos, Habíamos ganado la guerra, Siete miradas de un mismo paisaje hasta Carta a Eduardo e interpreta un papel indispensable en el desarrollo personal de la protagonista. Además, la figura del padre en las novelas también ha sido identificada del mismo modo en las autobiografías. El segundo bloque estudia la estrategia narrativa utilizada por la autora, con la que mejora la intensidad artística de la narración y la belleza estética con la emoción muy bien expresada. Respecto al estilo narrativo, en toda la obra de Tusquets descubrimos el desarrollo personal en su escritura barroca y rítmica desde el monólogo en El mismo mar de todos los veranos hasta las cartas dirigidas a diferentes destinatarios en Correspondencia Privada, desde una única perspectiva hasta la focalización múltiple (especialmente el caso en Varada tras el último naufragio), desde la perspectiva femenina hasta la masculina (como el protagonista en ¡Bingo!). Aparte de todo esto, como escritora de mucho éxito, la reescritura y la deconstrucción de la mitología, la simbología del «mar» y la escritura femenina a partir del «cuerpo» y de la «mirada», también revelan la «evolución» personal de la propia escritora. En todo caso, con las diferentes estrategias literarias, la obra de Tusquets nos perfila un puro mundo psicológico a los ojos de una mujer. Con las estrategias aplicadas en la escritura concreta, la protagonista o la narradora consigue convertirse a sí misma en «el sujeto de independencia» en lugar de ser «el objeto de deseo», subvirtiendo el orden tradicional establecido ––«activo/masculino» y «pasivo/femenino». El último bloque se refiere a la interactividad entre la autora y sus lectores, en donde se encuentra el sentido más práctico del trabajo volviendo a revisar la esencia de su literatura. Para la escritora, es imprescindible observar, revelar y reflexionar sobre la cuestión tanto ideológica como social específicamente de las mujeres, pero en el proceso de escritura asume la responsabilidad dirigida a sus lectores: difundirles informaciones concretas, referencias necesarias y expectativas con toda sinceridad. Para Tusquets, a través de su escritura específica pero «universal», la visión pasa a un nivel más colectivo desde la perspectiva particular. No menos importante, la obra solo logra demostrar todo su valor literario y práctico al ser interpretada y revisada por sus lectores. En este proceso, a pesar de que la observación detallada y la descripción penetrante juegan un papel de mucha relevancia a la hora de despertar la resonancia de los lectores promoviendo sus reflexiones y transformaciones de diferentes medidas, es necesario señalar que los lectores deben mantener una cierta distancia estética con la obra tanto ficticia como autobiográfica. En este sentido, la lectura se entiende como el hecho de presenciar una aventura en persona o mirarla de cerca, donde coexisten el placer y la crítica. Consigue superarse la brecha cultural entre diferentes países y razas en la aventura del «autodescubrimiento» con la colaboración de ambas partes. Respecto a la metodología utilizada, aparte de concentrarnos en la intertextualidad en las novelas y autobiografías de Tusquets, se toman en consideración otras obras académicas y literarias, entre ellas las teorías literarias y teóricas de Sartre y de Eagleton; las obras de feminismo tales como Una habitación propia de Virginia Woolf, La mística de la feminidad de Betty Friedan y El segundo sexo de Simone de Beauvoir; las obras de la teoría del cuerpo y de la sociología tales como Modo de ver del novelista británico John Berger y Le Corps et ses sociologies (El cuerpo y la sociología) de dos sociólogos francés Pascual Duret y Peggy Roussel; las ficciones tales como Peter Pan y los mitos griegos (especialmente el relato entre Teseo y Ariadna); las obras clásicas tales como Carta al padre de Kafka, La historia del tío de la famosa escritora china Wang Anyi, Runaway de Alice Munro y las obras de otras escritoras españolas de la misma generación tales como El silencio de las sirenas de Adelaida García Morales, Recóndita armonía de Marina Mayoral e Irse de casa de Carmen Martín Gaite. A partir de ello, podemos concluir el objetivo de nuestra investigación: por un lado, a través del análisis de los textos específicos de Tusquets, obtenemos resultados tanto teóricos como académicos, simultáneamente conseguimos disfrutar de la belleza estética de una escritura rítmica y vanguardista, y logramos tener claro con qué se construye el texto, qué fuerza impulsa la creación literaria y para qué sirve la escritura tusquestiana; por otro lado, nos despierta la escritura tusquetsiana reflexiones y renovaciones a nivel más práctico: como lectores e investigadores, percibimos las características más «contemporáneas» y perspectivas específicas femeninas de Tusquets, al mismo tiempo, debido a nuestra identidad femenina/individual, conseguimos compartir las observaciones y pensamientos semejantes o diferentes de Tusquets. En el proceso de investigación, podemos revaluarnos y comprendernos y, junto a la autora, dirigirnos a la esencia de la literatura. En este sentido, este trabajo constituirá tanto un estudio académico como un proceso de crecimiento personal a nivel práctico. En todo caso, la obra de Tusquets solo puede valorarse literariamente después de haber sido disfrutada y analizada de manera estilística y estética. Cuando las observaciones y los pensamientos se expresan completamente a través de las palabras y las estrategias utilizadas, la resonancia despertada entre los lectores será más duradera. Tusquets es precisamente una escritora sobresaliente: ella no deja de transmitir un valor más universal a los lectores superando la brecha entre clases, regiones y generaciones desde la particularidad. Ella complementa la obra con un lenguaje femenino y una visión relativamente neutral, con el propósito de despertar nuestra reflexión y la verdadera motivación de ser un individuo más libre e independiente. En el texto específico, Tusquets se concentra en la descripción de las experiencias de los individuos, semejantes y diferentes, especialmente de las mujeres, pero sin idealizarlas. Ella nos conduce a superar las limitaciones del alter ego y los prejuicios dirigidos a la existencia ajena, al mismo tiempo, reflexiona sobre la cuestión propia ante la situación actual e incluso sugiere qué posibilidades nuevas tendrá la futura sociedad. Por lo tanto, su obra nos proporciona un modelo y una referencia textual de crecimiento a nivel tanto estético como práctico. Sin duda, a pesar de que las obras literarias son ficticias en diferentes medidas, nos enseñan cómo experimentar nuevos sentimientos y cómo despertar la parte que duerme dentro de nuestro cuerpo. Este es también el sentido del presente análisis.