Caracterización de los elementos clave que influyen en el comportamiento violento en el medio penitenciario y orientaciones para la formación de educadores

Resumen

El comportamiento violento en los seres humanos ha sido y sigue siendo ampliamente estudiado desde muy distintas disciplinas y perspectivas. El impacto económico, social y político de los fenómenos violentos también hace que éstos sean un foco de interés permanente en nuestra sociedad actual. La discusión sobre los orígenes biológico o cultural del comportamiento violento sigue abierta (Vargas, 2016). Desde la filosofía de la ciencia, Sanmartín (2013) asume una posición consiliente sobre el origen biológico y cultural de la agresión y la violencia, así como de los fenómenos de reconciliación, cooperación, pacificación, etc., ya que todos ellos se hayan profundamente arraigados en nuestra biología y en nuestra cultura. Si bien agresión y violencia aparecen en múltiples situaciones, el comportamiento violento tiene implicaciones específicas cuando hablamos de contextos de gran complejidad, como son los centros penitenciarios, en los que las personas están privadas de libertad y se relacionan con otros reclusos y con profesionales (funcionarios de vigilancia, psicólogos, sanitarios, educadores, etc.) en formas reglamentadas y en tiempos y espacios determinados. Es en el contexto de los centros penitenciarios de nuestro país en el que se focaliza nuestra investigación, considerando el comportamiento violento en dos sentidos: (a) como elemento delictivo que provoca el ingreso en prisión de determinadas personas; (b) como factor distorsionador de la vida en los establecimientos penitenciarios. Estos dos componentes nos permiten realizar la propuesta de caracterizar los elementos que favorecen o frenan los comportamientos violentos de los internos (en ambos sentidos), a través de su propia voz y de la de los profesionales que trabajan en los centros penitenciarios, a la vez que establecemos las funciones de los educadores y las transformamos en competencias necesarias para el desempeño de sus funciones. Esta caracterización biográfico-narrativa nos permitirá, así, realizar propuestas de formación de los profesionales –específicamente de los educadores- para mejorar las competencias necesarias para la prevención del comportamiento violento. Para conseguir los objetivos propuestos, se ha establecido un diseño metodológico en el que se establece una secuencia lógica de distintos instrumentos de obtención de datos: (a) En primer lugar, se aplica un grupo focal a profesionales del medio penitenciario, para tener un primer acercamiento a los elementos clave que caracterizan los comportamientos violentos entre los reclusos; (b) En segundo lugar, se aplica un instrumento biográficonarrativo (ciclo biográfico de tres entrevistas) a 8 reclusos, para caracterizar a través de sus percepciones, los elementos clave de la conducta violenta en el medio penitenciario; (c) En tercer lugar, se aplica un grupo focal a educadores de centro penitenciario para conocer las dificultades que experimentan en su trabajo y la potencialidad del mismo para la prevención de los comportamientos violentos; (d) En cuarto lugar, se analizan los documentos oficiales que establecen las funciones de los profesionales de centros penitenciarios (específicamente de los educadores) con el objeto de establecer las competencias que les son necesarias y sobre las que se podría realizar una propuesta formativa. Los instrumentos descritos se han aplicado en el Centro Penitenciario Sevilla II, previa autorización de la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias. Los resultados de nuestra investigación han permitido: (1) Establecer una amplia base documental sobre el comportamiento violento, tanto a nivel general como específicamente en le contexto penitenciario; (b) Categorizar las percepciones de los internos en cuanto a los elementos clave que favorecen o frenan el comportamiento violento, en torno a 4 metacategorías (tipo delictivo, contexto de la prisión; familia; y biografía); (c) Definir las 7 competencias que deben poseer los educadores de centros penitenciarios, a partir del análisis de los documentos que establecen sus funciones y de la aplicación de un grupo focal a educadores; (d) y realizar orientaciones para el diseño de una propuesta formativa modular dirigida a los educadores en centros penitenciarios, con contenido relativos a: Comunicación eficaz; Técnicas de observación; Técnicas de comunicación interpersonal; Diseño y desarrollo de actividades deportivas y recreativas; Relaciones familiares; Prevención y manejo de adicciones; Habilidades sociales; Resolución pacífica de conflictos y Mediación; Bienestar personal y técnicas de autocontrol; Herramientas de intervención psicopedagógica.