Structural, functional and genomic changes associated to aging in the liver of rats fed life-long on virgin olive, sunflower or fish oils, as dietary fats

  1. PEREZ LOPEZ, MARIA PATRICIA
Dirigida por:
  1. José Luis Quiles Morales Director
  2. Julio José Ochoa Herrera Director
  3. María del Carmen Ramírez Tortosa Directora

Universidad de defensa: Universidad de Granada

Fecha de defensa: 11 de abril de 2014

Tribunal:
  1. Reinald Pamplona Presidente/a
  2. Luis Carlos López García Secretario
  3. Teresa Nestares Pleguezuelo Vocal
  4. Marie Goua Vocal
  5. César Luis Ramírez Tortosa Vocal
Departamento:
  1. FISIOLOGÍA

Tipo: Tesis

Resumen

El envejecimiento, por lo general, puede ser definido como la pérdida progresiva de la función acompañada por la disminución de la fecundidad y el aumento de la mortalidad. Este fenómeno ha despertado un gran interés en las últimas décadas, debido a sus condicionantes sociales y científicas. Es en sí mismo uno de los procesos biológicos más complejos, determinado por factores genéticos y ambientales. Se ha estimado que el 25 % de la máxima vida se debe a factores genéticos y el 75% a los factores ambientales y de estilo de vida. En los últimos años el interés en el envejecimiento ha ido creciendo a medida que han crecido las teorías que tratan de explicarlo. Una de las teorías más ampliamente aceptada es la teoría de los radicales libres que defiende que los radicales libres producidos en la mitocondria dañan todos los tejidos biológicos y conducen al fenotipo de envejecimiento. De hecho, existe una relación directa entre la acumulación de daño oxidativo producido por las especies reactivas de oxígeno y las alteraciones fisiológicas asociadas con el envejecimiento. La nutrición ha sido relacionada con el envejecimiento, principalmente desde el punto de vista de la restricción calórica y la suplementación antioxidante. Más recientemente se ha estudiado la relación de la grasa de la dieta con el estrés oxidativo y las terapias antienvejecimiento. En un nuevo enfoque la grasa es relacionada con la mitocondria y su sensibilidad a sufrir el estrés oxidativo debido a que las membranas mitocondriales son capaces de adaptar su composición lipídica en respuesta al tipo de grasa de la dieta. La composición de ácidos grasos de las membranas mitocondriales afecta de manera directa a las propiedades de estas membranas, tales como la fluidez y la permeabilidad, lo cual determina su susceptibilidad a la oxidación, alterando de este modo la susceptibilidad a los fenómenos relacionados con el estrés oxidativo. Además, el tipo de grasa de la dieta puede modular la acumulación de lípidos debidos al envejecimiento en el hígado. Esto produce alteraciones en su histopatología y su ultraestructura mitocondrial, lo que podría afectar la manera y la intensidad a la que éste órgano envejecería. Durante el envejecimiento, una reducción progresiva de la capacidad de respuesta a las necesidades fisiológicas se produce, al parecer debido en parte a los cambios en la expresión génica. Aunque las evidencias demuestran que la dieta puede condicionar el proceso de envejecimiento aún hay poca información acerca de los mecanismos específicos mediante los cuales se ejerce tal función. Sin embargo, empieza a quedar claro que los factores nutricionales tienen una profunda influencia sobre la expresión génica. De esta manera, la aplicación de herramientas genómicas masivas de detección, tales como microarrays de ADN, ofrece nuevas oportunidades para investigar el papel de la dieta en la biología del envejecimiento desde un interior más profundo. Para investigar el papel del tipo de grasa de la dieta en el envejecimiento en el hígado, ratas Wistar fueron alimentadas durante toda la vida con dietas normolipídicas que se diferenciaban entre ellas únicamente en la fuente de grasa. Aceite de oliva virgen, aceite de girasol y aceite de pescado fueron estudiados. Los animales fueron sacrificados a los 6 y 24 meses y fueron estudiados diferentes parámetros relacionados con la histopatología del hígado, la ultraestructura mitocondrial, el nivel de estrés oxidativo, la actividad de la cadena de transporte electrónico, así como los perfiles de expresión génica asociados. Como conclusión general del estudio se puede indicar que la alimentación con diferentes fuentes grasas insaturadas en forma normolipídica no induce cambios en el hígado durante la fase joven de la vida. Sin embargo, las dietas ensayadas a base de ácidos grasos insaturados llevaron a una acumulación de lípidos durante el envejecimiento en el hígado de las ratas. Las tres grasas estudiadas, pese al aumento similar en la cantidad de lípidos en el hígado, han dado lugar a numerosas diferencias en lo referente a la morfología del hígado, a la ultraestructura, y también en relación al nivel de estrés oxidativo y a la función mitocondrial. Algunos de esos cambios pueden ser asociados con variaciones en el perfil de expresión génica en el hígado de esos animales. Teniendo en cuenta todas las variables estudiadas, el aceite de oliva virgen puede ser considerado como la fuente grasa de la dieta que mejor preserva el hígado durante el proceso de envejecimiento. El aceite de pescado, a pesar de mostrar una supervivencia similar a la observada con el aceite de oliva virgen, da lugar a altos niveles de estrés oxidativo y una tendencia proinflamatoria del hígado. Esto, junto con un extraño comportamiento a nivel de la actividad de la cadena de transporte electrónico mitocondrial, podría suponer un problema para los animales alimentados con aceite de pescado en caso de que de forma paralela al envejecimiento se presentase un estrés adicional, en forma de patología, etc. Finalmente, el aceite de girasol debe ser evitado como base de un patrón dietético prolongado, ya que para con esta grasa se encontraron los peores resultados durante el envejecimiento a nivel hepático, lo cual además fue seguido de la menor tasa de supervivencia en estos animales.