Hábitos de vida y riesgo cardiovascular en mujeres peri y menopáusicas

  1. Gregorio Arenas, Eva Mº
Zuzendaria:
  1. Juan Llopis González Zuzendaria
  2. María López Jurado Zuzendaria
  3. Pilar Aranda Ramírez Zuzendaria

Defentsa unibertsitatea: Universidad de Granada

Fecha de defensa: 2017(e)ko ekaina-(a)k 26

Epaimahaia:
  1. Magdalena López Frías Presidentea
  2. Reyes Artacho Martín-Lagos Idazkaria
  3. Francisca Pérez Llamas Kidea
  4. María Camprubi Robles Kidea
  5. Jimena Abilés Osinaga Kidea
Saila:
  1. FISIOLOGÍA

Mota: Tesia

Teseo: 487826 DIALNET

Laburpena

Hábitos de vida y riesgo cardiovascular en mujeres peri y menopáusicas RESUMEN Introducción La prevención de la enfermedad cardiovascular (ECV) se define como un conjunto de acciones coordinadas dirigidas a la persona o a una población con el fin de eliminar o minimizar el impacto de las ECV y las discapacidades asociadas. La ECV sigue siendo la principal causa de morbilidad y mortalidad en España. La perimenopausia puede ocasionar una variedad de manifestaciones que conducen un deterioro en la calidad de vida y pueden repercutir en esferas de la vida social, familiar y laboral de la mujer. Todo esto ocurre asociado al propio envejecimiento y al mayor potencial de aparición de ciertas enfermedades vinculadas a esta edad. La evaluación e intervención en hábitos de vida como la nutrición y la actividad física podría mejorar la calidad de vida de las mujeres en esta edad al modificar, entre otros, los factores de riesgo cardiovascular (FRCV). Objetivo El objetivo de la presente tesis ha sido conocer y valorar los antecedentes clínicos (sobre todo los factores de riesgo cardiovascular (FRCV), nutricionales y de actividad física) en un grupo de mujeres perimenopáusicas de la provincia de Granada, estableciendo su riesgo cardiovascular mediante el sistema SCORE y estado de salud cardiovascular definido de acuerdo con las metas de la American Heart Association para 2020, e iniciar un ensayo piloto con una intervención educativa sobre los hábitos nutricionales y de actividad física que pudieran mejorar el control de los FRCV con objeto de aplicarla en este grupo de mujeres en el contexto de la Atención Primaria (AP). Resultados y conclusiones La población de estudio presenta ingesta de macronutrientes alta en proteínas, baja en hidratos de carbono y ligeramente alta en grasa, pero con una alta calidad de la grasa ingerida (aceite de oliva) y los niveles adecuados de fibra y colesterol, lo que puede ayudar a reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares en el futuro. La ingesta de energía y nutrientes es similar en las mujeres de los dos grupos establecidos en este estudio (> 52 y ≤ 52 años). El 99% de las mujeres estudiadas presentan un RCV bajo-moderado. No obstante, hay más de un 80% de nuestra población con sobrepeso u obesidad y un 30% de ellas son hipertensas. Esto podría relacionarse con el concepto de mujeres obesas metabólicamente sanas, según el cual, estas mujeres son resistentes a la aparición de alteraciones metabólicas, pero pueden evolucionar a un mayor RCV. Las mujeres perimenopáusicas con parámetros metabólicos alterados tanto obesas como no obesas presentan peor condición física. Los componentes flexibilidad de la parte superior y resistencia aeróbica se asocian de forma independiente con los factores de riesgo cardiovascular y el fenotipo relacionado con el peso corporal por lo que se destaca la importancia de establecer programas de ejercicio dirigidos tanto a conseguir una pérdida de peso como a mejorar la condición física para controlar el RCV. En la evaluación del nivel de salud cardiovascular destaca el nivel pobre/intermedio el IMC (con valores muy irregulares de actividad física), que reflejan un balance de energía inapropiado, una desviación muy acusada respecto a la ingesta de azúcares y bebidas azucaradas, sin reflejo en niveles de glucemia plasmáticos, pero con posibilidad de aumentar el riesgo de presentar a largo plazo resistencia a la acción de la insulina y una alta ingesta de sodio que se pueden relacionar con el porcentaje de prehipertensión e hipertensión encontrado. La intervención resultó en una evolución hacia una dieta más saludable con tendencia a un menor consumo de Kcal fundamentalmente asociado a un menor consumo de bebidas azucaradas y de grasas totales y saturadas, mejoras que no se mantuvieron al final del programa. El estudio del RCV en mujeres en la perimenopausia y su control mediante el uso de herramientas fácilmente disponibles en la práctica clínica en la AP sería tan interesante como novedoso para promocionar y prevenir la enfermedad cardiovascular. Se concreta en un programa de salud cardiovascular definido por 7 parámetros (4 de estilos de vida saludable: no fumar, suficiente nivel de actividad física, un patrón de dieta saludable y un balance de energía apropiado que se asocia a un peso corporal normal; y 3 factores relacionados con la salud: tensión arterial, glucemia basal y colesterol). Las actuaciones desde la AP en este programa pueden tener gran repercusión en este segmento de la población. Los profesionales de la salud, desde la prevención primaria, deberían difundir la importancia y eficacia del seguimiento del programa de salud cardiovascular y contribuir al control de los parámetros que la configuran.